Por: Mariana Cazalá, psicóloga perinatal e infantil, madre de un niño con Síndrome de Down.
@piscomadreinclusiva


Hoy en día existe un gran estigma social hacia las personas con síndrome de Down y nuestra sociedad mantiene un rechazo hacia la discapacidad denominado handifobia, que está relacionado con el miedo al dolor propio y ajeno. 

Sin embargo, está demostrado que las personas que enfrentan los desafíos que se le presentan en la vida suelen conseguir un gran aprendizaje y pueden alcanzar la felicidad. 

Se han realizado numerosos estudios revelando los testimonios de familiares de personas con síndrome de Down. Entre los más relevantes están los de Brian Skotko y su equipo, que indicaron lo siguiente: 

 El 99% de padres y madres dijeron que querían a su hijo/a, el 97% indicaron que sus hijos/as eran una gran fuente de amor y orgullo y el 79% sintieron que su visión de la vida era más positiva por el hecho de tener un/a hijo/a con síndrome de Down, percibiendo una sensación de normalidad. 

El 94% de los hermanos/as mayores expresaron sentimientos de orgullo y el 88% sintieron que eran mejores personas por el hecho de tener un/a hermano/a con síndrome de Down. 

También se realizaron cuestionarios a personas con Síndrome de Down, las cuales el 99% dijeron que eran muy felices con sus vidas, al 97% les gustaba cómo eran y el 86% indicó que podía hacer amigos fácilmente. 

La forma en la que se transmite la noticia a las familias generalmente es negativa, incompleta y desactualizada, lo cual junto a los prejuicios hacia las personas con discapacidad hacen que actualmente un 96% de mujeres interrumpa su embarazo ante el diagnóstico de síndrome de Down.  

Por este motivo es tan importante la información y la verdadera inclusión en las escuelas, para enseñar a niños y niñas a relacionarse con personas que se comunican de forma diferente y aprendiendo a convivir con la diversidad propia y ajena, enriqueciendo así los valores de nuestra sociedad.